Entrada del diario que escribo en OnlyFans. Se editó en un fanzine inicial llamado LonelyFans.
Hubo un tiempo en que me sentaba sobre el césped de la universidad y pensaba en el poema que escribió Raymond Carver luego de ver a Bukowski. Bukowski despliega toda su poesía y misoginia frente al público, al que emociona y amenaza por igual. Una persona en decadencia siempre es atractiva, pensé. Carver escuchará en algún momento el famoso verso, Bukowski lo dice sin haberlo escrito, seguramente ya se encontraba ebrio y simplemente comenzó a lanzar palabras sin más. “Vos no sabés lo qué es el amor”, dice. No sé que podría haber pensado Carver en aquel momento, no sé si esto fue una luz o una sombra en su cabeza. Más tarde Raymond cedería al alcoholismo. “Vos no sabés lo qué es el amor”. ¿Acaso alguien lo sabe?, vamos dando tumbos de un lado a otro, chocando y pidiendo perdón por no querer o no saber querer. ¿Qué es el amor en últimas?, quizá Carver se preguntaría lo mismo, y de ahí vienen esos textos en “De qué hablamos cuando hablamos de amor”. Una pregunta suya, de su editor y del momento en que el mundo se preguntaba qué realmente era el amor cuando explotaba la libertad sexual en las calles. ¿Qué realmente es el amor para una persona nacida en este tiempo, bajo estas condiciones que en paralelo condenan y redimen?, soy el verdugo porque desde mis ojos construí el mundo sin escuchar a nadie más. Carver habría pensado lo mismo, supongo. El único conocimiento que tengo acerca de él, lo muestra en el abismo. En el césped de la universidad gasto el tiempo pensando en esto, metiéndome a la biblioteca e ignorando todo lo demás. Construyo muros de piedra alrededor. No hay justificación para el error, tampoco una razón para esperar el final. ¿Cuál es la belleza de un poema con comentarios tan reprochables? El retrato de un hombre muerto al que sin embargo muchos anhelan igualar. ¿Yo también?, es importante esto, al final del día hay que levantarse e irse a algún lado. Nunca sé precisamente a dónde, aunque dirija mis pasos con cierta convicción. En esta retórica sobre el amor se construyeron los cimientos de gran parte de la literatura, sobre lo especial de amar incluso sin saber qué significa. Soy un hombre preguntándose lo mismo, la afirmación sólo es una forma de establecer los límites (¿para romperlos?). Mi vida; yo hombre, se pregunta. Como si fuera algo especial de mi parte. Los errores, la herida y comentario de Bukowski aparecen en mi boca sin darme cuenta. Quizá todos somos iguales, esta es la condena. Hace un año comencé a leer a Vasallo y desde entonces no dejo de pensar en la forma cómo aprendí a construir lo que llamo una relación afectiva con otra persona. Hace poco una amiga me contó lo aterrada que estaba por la distancia que suele ponerse entre la amistad y el amor. Ambos deben complementarse, dijo. Estuve de acuerdo, aunque yo mismo después me vi rompiendo aquella afirmación con mis acciones. Cuál es la razón de que estas cosas, como el poema que escribió Carver sobre Bukowski, nos parezcan atractivas, como si fuera un refugio la violencia. Hay un error en todo esto, pero no intento solucionarlo. No es mi propósito, yo sólo paso el tiempo hasta que haya que levantarse.
