ÚNICA, UNICA, ÚNICA
Lleva mucho tiempo entender la razones y mecanismos del propio deseo. Quizá “entender” no sea el verbo, más bien, describir; luego de contemplarlo desde todos los lugares posibles. Luna Miguel sigue un camino dentro de la literatura y el arte para hacerlo. Su retrato del deseo está lleno de curiosidad, culpa y transgresión. La gran extensión de autores y obras citadas por L. Miguel hacen de Caliente (Lumen, 2021), un libro que merece más de una relectura. Con el pasar del tiempo muchas de sus reflexiones se reafirman o encuentran la caída libre, porque si algo caracteriza al deseo es el capricho, y allí el territorio recorrido no podrá predecirse. Por tanto, el ensayo es un punto de partida para explorar el placer femenino desde los ojos de una escritora que ve a través de otras cientos de páginas y autoras la genealogía de su propia experiencia. La estructura, sacada de Maggie Nelson, como lo dice ella misma, deja al libro en esa línea entre la escritura autoficcional y el ensayo, lo que le da libertad al explorar a través de otros su propia experiencia narrada. Este es un juego narrativo que funciona muy bien para crear una sensación de intimidad dentro de una escritura ensayística. Aunque no hay tanta autoficción como en otras publicaciones similares, hay la suficiente y en lugares específicos que ayudan a anclar la narración y los puntos expuestos. Esto es un acierto, ya que estos elementos están insertados como fragmentos cortos, incluso como frases similares a aforismos que guían la lectura. Yo, es decir, quien escribe estas palabras, soy hombre. Mi lectura de Caliente (Lumen, 2021) está sesgada por este hecho, la propia experiencia del deseo y exploración sexual es diferente (aunque no ajena), y difiere de la descrita por la autora por razones derivadas del género. Yo encuentro un valor tremendo en su reflexión, desde hace unos años que quise escribir y analizar el deseo y las experiencias sexuales propias me di cuenta de lo difícil que es, dado que ahí afuera solo hay un montón de “supuestos” y lugares comunes que al ser confrontados en la narración no logran desarrollarse. Es de entender que gran parte del arte erótico en la historia tiene su prevalencia en el pene erecto, no en su placer precisamente, ni en la visión heterosexual únicamente, en la recopilación Erotica Universalis de Gilles Néret (Taschen), un libro que vi recién mientras viajaba una larga distancia, pueden observarse todo tipo de prácticas sexuales. Parece que el pene erecto, tanto como deseo, poder y burla, es el centro, mientras que la vagina solo es un objeto de deseo. Esto también se replica en muchos libros sobre el amor, el deseo y lo erótico escritos por autores hombres. Así que Luna Miguel da un giro a esto, ella ve y denota el otro lado; la vagina, las tetas y el cuerpo femenino como actor preponderante del deseo, así que el valor de esta voz está en todos los matices, contradicciones y vivencias con la que expone su propia experiencia. No hay mucho más que pueda remarcar más que los aciertos narrativos, que aquí crean un acercamiento sano y sincero sobre un tema del que se habla poco y en voz baja. Siento que no me corresponde a mí comentar mucho más, y ni siquiera estar en el profundo de la discusión, quiero escuchar y saber más, porque las preguntas y caminos sin explorar que abre este tipo de escrituras lo considero relevante. Y ya que el deseo y el placer tampoco es un cuerpo uniforme para las personas el camino es amplio, aquí la experiencia personal de la autora narrada la lleva en una búsqueda a través de su campo profesional. Esto puede variar de persona a persona, pero las preguntas y el punto de partida marcado por Luna Miguel es necesario. Cualquiera que se acerque a este libro verá valor en ello, en su bibliografía y en su experiencia. Esta es la segunda vez y media que tomo este libro, no dejo de ver cosas buenas por todos lados, volví a este a causa del club de lectura que abrimos, se leen libros sobre el amor y el erotismo, el libro pasado de Martha Jimenez Serrano, No todo el mundo (Sexto Piso, 2023), había dejado este sentir sobre narrar una relación afectiva con gran estilo; considero que aunque es una escritura muy común, aquella que se relaciona con los temas afectivos, sexoafectivos o sexuales no son fáciles de desarrollar. Hay una posibilidad muy alta de caer escrituras cargadas de emociones vacías, la escritura es un artificio, la ficción está llena de técnicas, no hay que olvidarlo. Aquí se combinan las mejores para crear Caliente, (Lumen, 2021), para Luna Miguel ha sido un camino largo hasta lograr poner sus palabras en papel, porque aunque la experiencia sexual y del deseo nos parezca cercano o cotidiano, la verdad es que cuando te sientas a procesarlo bajo algún tipo de razón vemos que tan lejos estamos siquiera de dar algo por sentado, y creo que también es la puerta abierta que deja el libro, “toma tu experiencia y trata de entenderla”, entiendo lo difícil de la tarea, el camino que toma para llegar a expresar con palabras al menos la más mínima frase con la que se inicia el placer, “yo, deseo”.
